Empezó como una madre demoníaca bastante equivocada que robaba bebés para alimentar a sus hijos hambrientos.
Buda detuvo esto escondiendo a su único hijo debajo de su cuenco de mendicidad (era un gran mendigo en ese momento). Estaba tan disgustada cuando no pudo encontrar a su hijo que imploró la ayuda de Buda, sin saber que él era el responsable.
Cuando el niño fue encontrado misteriosamente, se sintió tan agradecida que juró no volver a hacer daño a nadie. A partir de ahora prometió proteger a todos los niños y no matarlos. También que Buda sería su mejor amigo, que ayudaría a las ancianas y a los niños a cruzar la calle, etc.
Lo más desafiante de todo es que juró que a partir de ese momento sólo alimentaría a sus hijos con granadas. Las granadas son famosas en Japón por parecer carne humana cruda. ¿Y ha intentado alguna vez que un niño pequeño se coma una?
Después de su cambio de estilo de vida, Kishimojin evitó cualquier tipo de publicidad para centrarse en su familia. Ella y su descendencia llevan ahora una vida muy protegida, aparte de una gran cantidad de adoración.
Género: femenino