Hizo lo que pudo para enfrentarse a esos humanos agresivos. Dos tribus beligerantes con afición a quemar al enemigo le causaron terribles problemas. Cada bando se comprometió a combatir el fuego con fuego y comenzó una ardiente carrera armamentística. Muy pronto, toda la Tierra se quemó hasta las cenizas. Esto añade un nuevo significado al término "lucha contra el fuego".
Olelbis intervino con sus servidores de viento y agua, que hicieron un tremendo trabajo para extinguir el fuego y la guerra. La retribución posterior se pospuso, ya que los humanos se habían castigado a sí mismos.
Como la humanidad estaba destinada a vivir para siempre, Olelbis encargó la construcción de una Escalera Celestial para que los ancianos pudieran subir a la felicidad eterna. Lo cual parece un poco injusto para los ancianos, ya que era un camino muy largo para subir. Seguramente un Ascensor Celestial sería más adecuado.
Desgraciadamente, Buzzard Brothers Incorporated, la empresa encargada de la construcción, fue persuadida de detener el trabajo por el travieso coyote Sedit. La escalera nunca se terminó y nadie pudo llegar al cielo y a la vida eterna. Lo que supuso un problema para Sedit, que de repente se dio cuenta de que él también estaba atrapado en la Tierra y sujeto a la mortalidad al igual que los humanos a los que había engañado. Presa del pánico, el enloquecido coyote intentó construir una escalera improvisada con trozos viejos, pero se cayó a mitad de camino y se precipitó a la muerte. (Esto se parece mucho a un dibujo animado del Correcaminos de la Warner Brothers. ¿Era Chuck Jones el animador primordial de la mitología nativa americana?)
A día de hoy nadie llega al cielo y la muerte se produce todos los días. Olelbis se mantiene distante y alejado. Se trata de un caso clásico del escenario de la Escalera Celestial/Dios inalcanzable al estilo africano. ¿Podría Olelbis haber sido una de las primeras exportaciones africanas?
Género: masculino