Absténganse. Esta es una diosa virgen que se quedó embarazada por comer fruta. No una fruta común, sino una fruta que el Dios de la Luna Coniraya creó de forma bastante desagradable a partir de su propio esperma.
A diferencia de otras santas madres vírgenes que podríamos mencionar, Cavillaca se molestó mucho al encontrarse con un hijo y exigió saber qué Dios era el responsable. Nadie admitió ser el papá, pero su hijo, casi al instante, comenzó a arrastrarse hacia el avergonzado Dios de la Luna.
Como él estaba en modo mendigo en ese momento, por no hablar de que era una desagradable deidad de gabardina sucia, ella se horrorizó y huyó a Perú donde se arrojó a sí misma y al niño al mar donde se convirtieron en rocas.
Género: femenino