Sólo para mujeres. Es la deidad de la chimenea doméstica, y protege el hogar siempre que se la cuide adecuadamente. Hay que cuidarla con esmero. Solo se debe utilizar agua pura si se necesita alimentar el fuego del hogar.
Se debe esparcir ceniza fina sobre las brasas que duermen por la noche para evitar que se levante y salga a pasear. No quieres que una diosa del fuego se pasee por tu casa por la noche.
La llama es sagrada y sólo se debe permitir que se apague en el momento de la Rasa, cuando se debe obtener nuevo fuego sagrado de la fuente sagrada y transportarlo mediante una cadena humana o posiblemente una carrera de relevos para la ceremonia de reencendido.
A veces se la identifica con Gabjauja pero no queremos avivar el fuego de la controversia.
Género: femenino