Tenía una lengua azul. Porque era un lagarto de lengua azul. Vivía en Ayers Rock con su hermano MITA. No nos gusta hablar de la gente (o de los lagartos) a sus espaldas, pero parece que era un asqueroso intrigante ladrón.
Junto con su hermano MITA, solía acechar a los cazadores en los alrededores de Uluru y robarles sus presas, ya que era un lagarto demasiado perezoso para ir a cazar él mismo.
Un día, un par de tipos conocidos como los Hermanos Pájaro de la Campana estaban persiguiendo a un emú (que era una especie de deporte nacional en aquella época). Rápidos como un rayo, los dos lagartos de lengua azul desviaron al emú hacia su guarida. Cuando los cazadores aparecieron, sin aliento y hambrientos, Lungkata y su hermano habían devorado el lote y sólo podían ofrecer las sobras del emú.
Los hermanos pájaros de la campana estaban indignados por este robo. Tan indignados que prendieron fuego a la guarida. Los perezosos lagartos, al no estar acostumbrados al ejercicio, no pudieron escapar. En su lugar, se quemaron y se convirtieron en rocas quemadas. Hasta el día de hoy, pueden ir a visitarlos si desean visitar el Uluru.
La moraleja de esta historia: no hay que fiarse de nadie con la lengua azul.
Género: masculino