Su hija se enamoró polémicamente del único hombre de la Tierra. Tras reflexionar, Katonda aceptó el matrimonio. A su hija se le permitió llevar una abundante dote a la Tierra, con la condición de que si lo hacía no podría volver nunca.
Kintu, su nuevo marido, decidió que necesitaban más grano para las gallinas, y cometió el error de visitar a su nuevo suegro para pedirle prestado. Un hijo de Katonda le siguió de vuelta a la Tierra y le acechó para matar a sus hijos. Moraleja: no visites a un Dios africano sin una invitación específica.
Género: masculino