Como Dios creador sintió que era el momento de que los habitantes de la Tierra y de la Luna le rindieran homenaje en el Cielo.
Los habitantes de la Luna acudieron allí sin demora y fueron recompensados con la inmortalidad. Así, cuando la Luna muere renace enseguida.
Pero los terrícolas se demoraron, se perdieron, hicieron un picnic o se fueron de bares. Todos llegaron asquerosamente tarde y fueron muy irrespetuosos. Así que fueron recompensados con la muerte.
Pero Libanza cedió un poco, y si llevas una buena vida puede que te deje entrar en el cielo después de la muerte. No tenemos reportes de cómo le va a la gente de la Luna.
Género: masculino