Todo empezó muy bien. Nyambe creó los bosques, las llanuras y todos los animales. Creó la luz y la vida a través del Sol y la Luna, y vivió felizmente entre sus creaciones. Creó a su esposa Nasilele y a su hija Mwambwa y las amó aún más. Pero luego creó a Kamunu, el primer hombre. Y tuvo la suerte de crear una verdadera plaga.
Todos los dioses necesitan adoradores, pero Kamunu llegó al extremo. Idolatraba el suelo que pisaba Nyambe. Quería caminar, hablar y comportarse como su héroe en todos los sentidos. Cada cinco minutos llamaba a la puerta para pedir prestadas ollas, sartenes y herramientas de jardín, o se asomaba a la valla del jardín para observar todo lo que hacía Nyambe.
Un día vio a Nyambe forjando hierro para hacer rejas de arado y guadañas. Así que Kamunu tuvo que probar. Suponiendo que aquellos objetos de hierro de aspecto afilado eran armas, fabricó lanzas y cuchillos y cosas que mataban. Luego se puso a matar para probarlos.
Nyambe y Nasilele estaban disgustados por este horrible comportamiento. Pero Nyambe, cuyo nombre significa "el que no habla", no dijo nada. En lugar de ello, él y su mujer hicieron las maletas y navegaron hasta una remota isla en un lago. ¿Adivina quién iba de polizón en el barco? Así que huyeron a una velocidad súper divina a la montaña más alta de la Tierra, pero dos años después, ¿quién crees que llegó a su puerta?
El bondadoso Nyambe fue llevado a la distracción. Todo era demasiado. Encontró a Spider y la obligó a hacer girar una cuerda hacia el cielo. Él y su mujer subieron y luego tiraron de la cuerda tras ellos. En una cruel desesperación, cegaron a Spider para mantener su nueva ubicación en secreto.
Espoleado por su esposa, Nyambe incluso envió a la Muerte para librarse finalmente de su irritante creación. Pero no funcionó. Kamunu y sus descendientes todavía pasan gran parte de su tiempo mirando hacia arriba, adorando al sol, a las nubes y a los platillos volantes no identificados, por si acaso es él.
Género: masculino