Podrías morirte de miedo sólo con ver un Wendigo. Eso sería lo más fácil, ya que se trata de una bestia gigante hambrienta con un hambre interminable de carne. Las víctimas son despedazadas y todas las partes devoradas hasta el último hueso y gota de sangre.
Tiene una sensación de hambruna invernal sobre ella: se forman nubes de nieve, los árboles se agrietan y se levantan ventiscas heladas a su alrededor.
Esta escuálida criatura es una advertencia de que debe haber un equilibrio entre el hambre y la gula. Ha llegado como una lección para todos nosotros.
Haz caso de la advertencia. Evita la lección.
Género: masculino