Se trata de un espíritu maligno que aparece en forma de comadreja o gato salvaje. Los brujos pueden invocarlo mediante una horrible ceremonia con cadáveres. El Bajang se convierte entonces en una especie de mascota demoníaca que cumplirá tus órdenes. Hará recados, lavará los platos y escupirá veneno a tus enemigos.
Estas criaturas tienden a permanecer junto a sus brujas durante generaciones, pero necesitan ser mantenidas en una jaula de bambú, de lo contrario se escaparán. Si por casualidad ves un turón salvaje, no intentes meterlo en una jaula. No a menos que tengas una jaula de bambú y te guste la idea de un demonio como mascota.
Lo que atrape puede ser, por supuesto, un turón común y corriente. En este caso siempre intentará morder la mano que le da de comer.
Género: masculino