Es una cobra enroscada con cabeza de mujer. Como guardiana de las tumbas reales, aseguraba su protección escupiendo veneno a los posibles ladrones de tumbas.
Si hay algo que no soporta, es el ruido. Las tumbas y los sepulcros deben estar en absoluto silencio o se enfadará mucho. Los arqueólogos a los que les gusta la música alta están debidamente advertidos.
Género: femenino