Puede que sea una diosa madre a tiempo parcial, pero en modo bruja su aspecto es horrible. Lo cual es una pena, ya que nadie se queda para tomar una taza de té y una porción de sabiduría.
Está casada con Tegid Foel y juntos tuvieron un hijo y una hija. La hija, Creirwy, era asombrosamente bella, pero su hermano Afagddu era el niño más feo del mundo. Incluso su nombre era feo.
No hay que preocuparse, pensó Ceridwen. El cerebro antes que la belleza es mi lema. Así que cogió su caldero y se puso a trabajar hirviendo el conocimiento durante un año y un día para poder otorgarle una inteligencia que sacudiera el mundo a su chico arruinado.
Un joven scullion llamado Gwion Bach, que trabajaba en la casa, recibió el encargo de vigilar el caldero. Durante meses y meses se sentó a vigilarla por si el conocimiento se desbordaba. Justo cuando el brebaje estaba a punto de salir, una gota de la sustancia goteó en su dedo. Por supuesto, se lo lamió. Y otra vez. Y otra vez.
El conocimiento es por orden de llegada y se concentra en estas tres gotas. Gwion Bach sintió que sus neuronas se multiplicaban y su cerebro se hinchaba con toda la sabiduría destinada a Afagddu. No estamos seguros, pero imaginamos que su primer pensamiento mágicamente mejorado fue probablemente salir de allí.
Ceridwen estaba furiosa. Persiguió al muchacho, dándole la oportunidad de mostrar su nuevo conocimiento de transformarse en animales extremadamente rápidos en sus intentos de escapar. Pero de alguna manera lo atrapó y en su furia se lo comió.
Más tarde cedió y lo regurgitó como su hijo, pero éste escapó a un río y más tarde se convirtió en Taliesin el Gran Bardo. El pobre Afagddu siguió siendo feo para siempre.
Ceridwen tuvo otro hijo llamado Morfran. Llegó a ser un guerrero, pero nadie quería luchar con él porque era demasiado feo.
Género: femenino