HECATONCHIRES Criaturas fabulosas griegas


HECATONCHIRES: Gigantes arbóreos con cincuenta cabezas y cien manos cada uno

Estos eran los hijos de Urano y Gea. No eran demasiado brillantes, ya que no se dieron cuenta de que eran principalmente árboles.

Después de llamarlos Briareus, el vigoroso, Cottus, el furioso y Gyges, el de grandes extremidades, sus padres decidieron que ya habían hecho suficiente y los arrojaron al mundo de abajo, al inframundo. Allí permanecieron durante un millón de años sin conocer una vida mejor, hasta que llegó el momento en que Cronos acabó con la paternidad de Urano y comenzó la gran polvareda de Dioses contra Titanes.

La Madre Tierra Gaia intentaba ser neutral, pero seguía siendo pisoteada por ambos bandos. Se quejó a Zeus de que esto no sucedería si sus hijos estuvieran cerca porque ellos querrían a su madre si ella se lo pidiera.

Zeus, que necesitaba toda la ayuda posible, se acercó a ver a los muchachos con una buena selección de refrescos líquidos divinos para ganar un apoyo eterno. Seleccionando a Briareus como portavoz (ya que podía murmurar de forma más coherente que los demás), Zeus se las arregló para cortar algunas de las respuestas repetitivas ya que los gigantes tenían cincuenta cabezas cada uno sin un cerebro decente entre ellos. Finalmente el unánime ¡Yurse! fue tomado como un juramento de lealtad.

En la acción los hermanos tenían la violencia y la lealtad sin sentido que aseguraba la victoria de los Dioses, y como recompensa especial Zeus dijo que podían volver al Inframundo más bajo y vigilar a los Titanes que se habían rendido.

Ese habría sido el final del asunto si un día Zeus no se hubiera metido en un lío. Apolo, Hera y Poseidón se habían confabulado contra él con suficientes agravios como para provocar una rebelión y habían atado a Zeus a su lecho con cien nudos de cuerda irrompibles.

De algún modo, Zeus consiguió llamar a hurtadillas al Inframundo y Briareus acudió al rescate como un perro a su amo. Si un perro se pareciera a un árbol muy grande. Agitando sus ramas y sin saber que los nudos eran irrompibles, los rompió sin pensarlo y se quedó quieto mientras Zeus hacía algunos juramentos de lealtad a los rebeldes.

Briareus pensó que madera (todos sus pensamientos eran de madera) se le ofrecía un nuevo trabajo como cuidador de Zeus, pero para cuando este pensamiento se le había pasado lentamente por la cabeza estaba de nuevo con sus hermanos vigilando a los Titanes. Todavía está tratando de averiguar por qué no sigue en el Olimpo. Es un problema complicado y le hace salir en nudos. Podría haber sido un contendiente, murmura.


Género: desconocido

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