No era un dios para empezar. Sólo un tipo duro, un pesado a la antigua. Ser engendrado por el dios superior Zeus con Alcmena no otorgaba automáticamente el estatus de dios. Al fin y al cabo, Zeus se puso a sí mismo en muchas ocasiones. (Por lo que sabes, tú también podrías ser un descendiente del Rey del Olimpo. Intenta registrar una reclamación de inmortalidad y verás lo que pasa)
Ser un hijo de dios no era muy divertido. Hera detestaba a la mayoría de los hijos extramatrimoniales de Zeus, pero a éste lo odiaba con una venganza divina y tramó las más malvadas conspiraciones contra él, incluso antes de que naciera. (Ver Eurystheus.)
Heracles significa la Gloria de Heras, pero después de que ella lo volviera loco y lo obligara a matar a sus propios hijos era más bien Heras Gory.
El pobre Herc, tambaleándose por el asesinato de sus hijos, acudió al Oráculo de Apolo en busca de consejo psicológico y le dijeron que un poco de trabajo físico le haría olvidar las cosas. Así comenzaron los Trabajos de Heracles.
Estas tareas, en realidad ideadas por Hera y llevadas a cabo por su archienemigo y rival Euristeo, duraron muchos años y fueron diseñadas con el único propósito de acabar con él. Pero él no lo sabía. Completa esos Trabajos y la inmortalidad será tuya, había dicho el Oráculo, y el pobre Herc no sabía nada mejor.
Así que se fue a luchar contra monstruos, a cortar cabezas de cosas, a robar manzanas Golden Delicious y a vivir aventuras demasiado emocionantes como para relatarlas aquí... mientras Eurystheus se burlaba de él y lo engañaba y preparaba planes retorcidos para molestarlo.
Primer trabajo: El León de Nemea
Segundo trabajo: La Hidra de Lerna
Tercer trabajo: La Cierva de Ceryne
Cuarta Labor: El jabalí de Erymantia
Quinto trabajo: Los establos de Augías
Sexto trabajo: Los pájaros de Estinfalia
Séptimo trabajo: El toro cretense
Octavo trabajo: Las yeguas de Diomedes
Noveno trabajo de parto: La faja de Hipólita
Décimo trabajo de parto: El ganado de Gerión
Séptimo trabajo de parto: Las manzanas de las Hespérides
Doceava labor: La Captura de Cerbero
Aunque Heracles tuvo éxito en todas las búsquedas, esto sólo hizo que Hera lo odiara más. El pobre viajó por todas partes haciendo lo posible por corregir los males, pero ella lo atormentó con tormentas y maldades durante muchos años después. Finalmente, después de muchas más aventuras, incluyendo ser vendido como esclavo, convertirse en pirata y luchar por el Olimpo contra los gigantescos hijos de los Titanes, murió en una confusión sobre una poción mágica, y se manchó accidentalmente con la sangre de la Hidra de una de sus propias puntas de flecha.
Pero como recompensa por todas sus pruebas y tribulaciones, se le ofreció una especie de inmortalidad a regañadientes y una parte de los derechos cinematográficos. Reconciliado por fin con Hera, se casó con su hija Hebe y ahora vive feliz para siempre. Y luego lo volvió a hacer para los romanos bajo el nombre de Hércules...
Género: masculino