IO Diosa griega de la belleza


IO: Hija de Inachus y no tan vaca después de todo

La hermosa hija de Inachus era otro objeto de los afectos de Zeus.

Hera tenía sus sospechas cuando veía a esta novilla blanca en una colina con una nube blanca que se cernía sobre ella cada vez que Zeus desaparecía...

Zeus, querido, no he tenido un regalo tuyo desde hace mucho tiempo,

Suplicó en la mesa del desayuno.

Cualquier cosa que desees, querida, sonrió, es tuya.

Bueno, hay una preciosa novilla blanca en la colina de allá que iría muy bien con mi rebaño...

Ella vio a Zeus palidecer y sus ojos se nublaron. Yo... er, yo er... Oh, sí, por supuesto, cariño.

Hera empleó a Argus, su pesado, para que hiciera de cuidador mientras Zeus sólo tuvo tiempo de aconsejar a Io que no entrara en pánico. Aguanta, susurró, de alguna manera te rescataré. Haré que Hermes haga un poco de ruido.

Estuvieron a punto de salirse con la suya, pero antes de que Zeus pudiera quitarle el ronzal a Ios, Hera envió un tábano para picar a la pobre vaca joven hasta el punto de la locura. Bramando de dolor, salió corriendo con la mosca en una persecución interminable.

Io corrió en todas las direcciones para esquivar a su atormentador sobre las colinas y a lo lejos, arriba y abajo, dentro y fuera. Incluso pasó por delante de Prometeo encadenado a su roca en el monte Cáucaso, que se las arregló para gritar todos los ánimos que pudo en esas circunstancias.

Llegó un momento en que llegó a Egipto. Mientras ella y el tábano hacían una pausa para respirar, Zeus se las arregló para devolverle su forma original, y ella descubrió que estaba embarazada.

Decidió que ya era suficiente. Egipto parecía un buen lugar para establecerse. Así que dio a luz a Epafus, otro de los hijos del amor de Zeus, y pasó a identificarse con Isis y más tarde con Luna.

No sabemos qué pasó con el tábano.


Género: femenino

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