El abuelo Acrisio había leído un horóscopo que le advertía que sería asesinado por el hijo de Dánae. Así que encerró a ambos en una caja y los arrojó al mar.
Las cajas de madera flotan y los pescadores atrapan todo tipo de cosas extrañas en las redes, y terminaron en una pequeña isla lo suficientemente grande como para tener un rey, Olidectus, y todo fue bien. Naturalmente, para ello solicitó una ayuda celestial. Las Ninfas Estigias le proporcionaron el equipo adecuado: un casco de invisibilidad de Hades, una brillante espada de diamantes de Hermes y... una vieja y desaliñada bolsa del almacén de herramientas.
Este último objeto resultó ser el más útil, ya que lo utilizó para llevarse la cabeza recién cortada de Medusa, la más famosa de las Gorgonas.
De esta hazaña obtuvo a Pegaso, el caballo maravilloso alado, nacido de la sangre de Medusa. (En algún momento tuvo una discusión con Atlas y utilizó la cabeza de Medusas para convertirlo en piedra. Por lo que Atlas estuvo muy agradecido).
Descubriendo que era muy bueno en este tipo de cosas, y teniendo una gran confianza en su equipo, se metió de lleno en su carrera de héroe rescatando a Andrómeda de un espantoso Dragón Marino (tantos años antes de ese imitador de San Jorge).
Se hizo extremadamente popular, nunca se negó a firmar autógrafos o a hablar con los periodistas, y siempre esperaba que esto le asegurara la posibilidad de ser llevado a un viaje al Olimpo. Su nieto Euristeo se convirtió en rey de Micenas y fue un completo cobarde para vergüenza de todos.
Género: masculino