Hijo de Eolo, fue un pícaro demasiado lejos. Un comerciante de ganado estafador que violó y saqueó su camino a un reino. Su propio nombre significa demasiado inteligente, lo que era por más de la mitad. Incluso Autolycus no pudo burlarlo.
Hizo cosas desagradables a la gente con piedras, no lanzándolas, sino amontonándolas y aplastándolas. El final llegó cuando molestó a Zeus al revelar su paradero a cambio de una recompensa mientras Zeus estaba hasta los topes.
Zeus se puso en contacto con su hermano Hades y acordaron que ya era hora de que Sísifo recibiera su merecido, o en este caso, su merecido.
Cuando Hades vino a llevarlo en custodia protectora, Sísifo fingió tal interés en los nudos que Hades había utilizado para atar sus muñecas que Hades le ofreció una demostración de repetición de la acción. Antes de que se pudiera decir que Sísifo es un listillo, fue Hades quien fue atado y llevado a una mazmorra.
Con Hades fuera de combate nadie podía morir, lo que molestó a Ares porque le quitaba toda la diversión a las batallas. Así que Ares encontró y liberó a Hades y se dispusieron a atrapar a Sísifo, que sólo tuvo tiempo de gritarle a su mujer que no enterrara ningún cadáver que le obligara a dejar atrás.
Al llegar al Inframundo, Sísifo armó un gran alboroto con Perséfone, alegando que seguía vivo porque aún no había tenido un funeral. Pidió tres días de licencia por compasión para arreglar las cosas y ella accedió.
Naturalmente, no regresó. Zeus envió a Hermes para que lo resolviera. Hermes lo sujetó por el cuello y se lo llevó a rastras, sin hacer caso de las súplicas, las zalamerías, las preguntas o cualquier otra cosa. Esta vez no hay que meterse en líos.
Por ser tan alborotador, Sísifo recibió un trabajo duro que consistía en hacer rodar una roca hasta la cima de una colina. Solo tienes que hacerla rodar hasta la cima y dejarla bajar por el otro lado y te vas.
Pero, por supuesto, nunca sucede. Cada vez que Sísifo llega a la cima, la roca resbala y vuelve a rodar hacia abajo. Mejor suerte la próxima vez, una vez tras otra...
Género: masculino