Otro dios hitita que tenía una batalla constante con el dragón Illuyankas.
Una victoria le aseguraba buenas cosechas perder y las cosechas se estrellaban también. En uno de sus días de derrota, Taru también perdió su corazón y sus ojos. Su hijo Telepinu tuvo que recuperarlos mediante un subterfugio, y por supuesto destruir al dragón.
El dragón estaba bastante acostumbrado a ser destruido, pero como ciertos boxeadores hizo varias remontadas.
Género: masculino