Parece ser que vivía en una isla, o posiblemente era la isla, y que ocultaba anguilas sobre su persona de una forma que sólo un amante o un dedicado agente de aduanas podría haber detectado.
Estas anguilas eran mortales, pero Tangaroa, que no estaba dispuesto a arriesgar su anatomía, consiguió atraerlas. Poco después le llegó una propuesta de matrimonio.
Género: femenino