Su cola de reptil, que rodeaba la Tierra, podía ser un poco molesta cuando se excitaba. Sus hermanos tenían que atarla para evitar que causara daños.
Después descubrió la capacidad de adoptar un aspecto de tiburón blanco, lo que le permitía revolcarse alegremente en el mar con sólo algunas marejadas.
Siempre dispuesto a superar los límites, se cambió de sexo y ahora es una diosa. De ahí cuelga una cola.
Género: masculino