Una de las sibilas romanas, tenía un buen lugar en el Tíber, con bosques y una cascada con estruendos que parecían la voz de Júpiter.
Había lagos sulfurosos en las cercanías, uno de ellos con vapores venenosos, lo que aumentaba la intriga y el misterio. Debía tener una calificación de tres estrellas en la Guía del Buen Oráculo.
Género: femenino