Una de las ninfas romanas, nunca dejaba de hablar. Era conocida como la parlanchina hasta que Júpiter le cortó la lengua para que dejara de interrumpir.
No funcionó del todo, ya que todavía hace ruidos burbujeantes muy extraños y puede haber sido el comienzo de Mania, la diosa del pantano.
La leyenda cuenta que sus hijos se convirtieron en los Lares.
Género: femenino