Hay muchos. De hecho tienes tus propios Penates que se encargan de tu comida y bebida.
Justo lo que necesitas cuando planeas un asalto a la despensa o a la nevera a altas horas de la madrugada. si vuelves borracho, con hambre y esta semana no hiciste la compra, rézales por el camino de vuelta a casa e igual aún pillas un fuet o unos yougures a punto de caducar
La antigua tradición cuenta que los Penates viven en la cocina, escondidos dentro la caja de polvorones que nadie se comió en Navidad, guardada hábilmente en el fondo de la alacena. No los tires nunca.
Pero en serio, los Penates están estrechamente relacionados con los Manes, otro subconjunto de dioses romanos personales para todas las ocasiones.
Obviamente ahora han extendido sus dominios a los frigoríficos y congeladores. Si bajas a por un tentempié a medianoche, lo sabrán.
Género: masculino