Uno de los Orishas nacidos de Yemaya, descendió a la Tierra en forma humana y vivió en una pequeña granja, donde animó a la tierra a producir abundantes bienes.
Después, un día desapareció misteriosamente. ¿Se lo tragó la tierra? ¿Ascendió de nuevo al cielo? No tenemos ni idea. Ni siquiera dejó una nota. Todo lo que quedó fue su bastón de madera, sobresaliendo del suelo.
Sus vecinos estaban intrigados y se dieron cuenta de que el viejo granjero era más de lo que parecía. Obviamente era una divinidad de gran poder. No sólo podía aparecer y desaparecer a voluntad, sino que sus frutas y verduras eran magníficas.
Una vez que todos se dieron cuenta de la verdadera naturaleza de Okos, su bastón adquirió un nuevo significado como símbolo fálico. Obviamente lo había dejado así a propósito para representar la fertilidad.
Estos humildes comienzos llevaron a Orisha Oko a ser adorado en toda la tierra como una deidad de la agricultura fértil y la fecundidad. Es casi un Príapo yoruba. Al comienzo de la temporada de lluvias se celebra un festival dedicado a él en el que se permite a los hombres acercarse y ser fértiles con la mujer que deseen. Sólo esperamos que todo ese jugueteo agrícola sea consentido además de sensual.
Género: masculino