Medusa, un mito griego para el 2020


     

    ¿Por qué es importante el mito de Medusa en 2020?

    El mito de Medusa, correspondiente a la mitología griega y del cual encontramos una oda escrita en el 490 a.C. por Píndaro, lo que nos ayuda a hacernos una idea de la antigüedad del mito, ya que es sabido que la mitología fue en sus inicios principalmente transmitida por vía oral, está en 2020 más de actualidad que nunca. Esto es debido a la controversia creada a raíz de la estatua ‘Medusa con la cabeza de Perseo’, del artista argentino Luciano Garbati en la cual se reinterpreta el mito y es la cabeza de Perseo la que acaba en manos de Medusa, decapitado.

    Medusa con la cabeza de Perseo, una imagen que ha sido muy polémica en 2020.
    Medusa con la cabeza de Perseo

    Esta obra, que fue creada en 2008, está siendo actualidad en estos momentos porque se ha convertido en todo un símbolo del movimiento #MeToo, y porque desde octubre del 2020 y durante seis meses podrá verse en el Collect Pond, a pocos metros de la puerta del tribunal donde se procesó a varios hombres acusados de agresiones sexuales, entre ellos Harvey Weinstein. La escultura de Garbati habla directamente de la obra maestra de bronce florentino del siglo XVI, ‘Perseo con la cabeza de la Medusa’ de Benvenuto Cellini (1545-1554).

    ‘Perseo con la cabeza de la Medusa’ de Benvenuto Cellini
    ‘Perseo con la cabeza de la Medusa’ de Benvenuto Cellini

    Esta controversia ha desatado el interés por este ser mitológico y su historia. Los debates en las distintas redes sociales han demostrado que la mitología sigue más viva que nunca en nuestro subconsciente colectivo. Para poder debatir con conocimiento de causa es importante tratar de conocer bien el mito en sí, y también la estructura socioeconómica en el que este se desarrolló. Esto último escapa a las capacidades y pretensiones de esta página, ya que sería necesario un estudio muy profundo de la historia. Sin embargo, he querido recopilar y explicar el mito de forma sencilla, así como alguna de las interpretaciones que de este se han hecho, para que todas aquellas personas que se interesan por él tengan un punto de partida desde el cual poderse formar una opinión o, si lo ven necesario, seguir investigando.

    ¿Quién fue Medusa?

    Medusa, en el mundo antiguo, era un ser mitológico multidimensional. Se la puede encontrar representada como una gorgona de nacimiento en algunas de las vasijas más antiguas que atestiguan la existencia del mito, por lo que se deduce que, al menos en la tradición oral, no siempre fue mortal.

    Tampoco fue siempre bella, de hecho en sus orígenes se cree que era ya un ser monstruoso. El poeta romano Ovidio es uno de los que establecen la mortalidad de la doncella, así como su inigualable belleza, aunque sin embargo, como ya hemos apuntado, lo hace reflejando un cambio en la percepción de esta figura que ya había habido anteriormente, y que encontramos plasmado en la oda de Píndaro mencionada anteriormente.

    Mosaico representando a Medusa
    Mosaico representando a Medusa

    Sea como fuere, mortal o gorgona original, el mito también nos muestra a Medusa como una de las tres hermanas hijas de Forcis y Ceto, o a veces de Tifón y Equidna. En ambos casos se trataba de monstruos ctónicos del mundo arcaico. Esta ‘trinidad’ se ha visto también discutida en algunas ocasiones, y aunque la mayoría de versiones apoya la existencia de las dos hermanas gorgonas de Medusa, no es menos cierto que es habitual en mitología representar a un mismo dios, diosa o ser mitológico en tres formas diferentes, uno y trino a la vez. Las hermanas de Medusa se llamaban Esteno y Euríale.

    La genealogía de Medusa es compartida por las Greas, como en el Prometeo liberado de Esquilo. Este ubica ambas trinidades muy lejos, en la «espantosa llanura de Cistene»:

    No lejos, las alígeras hermanas

    con serpientes por cabellos; las gorgonas,

    enemigas del hombre

    Según Jane Ellen Harrison (Cottingham, 9 de septiembre de 1850 – Bloomsbury, 15 de abril de 1928) erudita británica de la literatura antigua, lingüista y feminista, además de profesora de griego y mitología comparada, la multiplicación de Medusa en un trío de hermanas era un rasgo secundario en los mitos. Afirmaba que la forma triple no es primitiva, sino simplemente un ejemplo de una tendencia general. Esa tendencia hace de cada diosa una trinidad. A raíz de eso tenemos las Horas, las Cárites, las Erinias y una multitud de tríos más. Por ese motivo Jane afirma que las gorgonas no eran realmente tres, sino una más dos. La gorgona es Medusa y sus hermanas meros apéndices. 

    Gorgona o mortal, única o trina, horrenda o bella, Medusa tenía una mirada que convertía en piedra a todo aquel que osara cruzarse con ella, y sus cabellos no eran tales, sino que su melena se había visto sustituida por serpientes. Esa es la imagen de la Medusa que ha llegado hasta nuestros días. Pero ese poder de petrificar a cualquiera que osara mirarla no había emanado siempre de Medusa, sino que existe toda una historia tras esto. Pero no vayamos ahí todavía.

    Quedarse de piedra

    ‘Quedarse de piedra’ o ‘dejar de piedra’ es una expresión que todos conocemos y que por motivos obvios tiene fuertes conexiones con Medusa. Esta criatura mitológica de cabellos serpentinos era capaz de petrificar a sus víctimas con la mirada. Más allá de la popularidad que ha tenido el mito en diferentes épocas y que ha eclosionado en el 2020, Medusa forma parte de una tradición de seres fabulosos que esgrimen la transformación del adversario en piedra.

     

    La mirada de Medusa petrificaba a aquellos que la miraban
    La mirada de Medusa petrificaba a aquellos que la miraban

    La expresión ‘Quedarse de piedra’ hace referencia al elemento sorpresa que nos induce a un estado de incapacidad para reaccionar y/o actuar. Existen otros mitos que nos recuerdan a transformaciones parecidas, como por ejemplo el de Edith, la mujer de Lot, convertida en estatua de sal. Sin embargo existe un consenso en el mundo occidental que atribuye esta expresión al poder de Medusa.

    Etimología de Medusa

    Médousa, en griego Μέδουσα, es en origen participio presente del verbo Μέδω (Medo), que se traduce como ‘pensar, meditar’ pero también como ‘regir, mandar’. Algunos lo han traducido como ‘la que manda’, en cambio otros han preferido entenderlo como ‘la que protege’, debido a su raíz indoeuropea med-, que está presente en el latín en palabras como medeor= cuidar, medicus= médico… A los paralelismos lingüísticos se suma la relación con el báculo de Asclepio, consistente en una vara entrelazada por una serpiente. Más adelante veremos cómo esto entronca también con una posible interpretación del mito, que tiene que ver con la medicina.  

    Medusa está presente en la medicina y también en algunas especies marinas.
    Medusa está presente en la medicina y también en algunas especies marinas.

    De este ser mitológico toman su nombre diversas especies marinas de celentéreos de masa gelatinosa y forma acampanada, con tentáculos urticantes en los que se ha querido ver una semejanza con los cabellos serpentinos de Medusa.

    Además, en francés el verbo méduser significa dejar a alguien inmóvil, como petrificado por el estupor.

    Medusa como mito tartésico

    La Gorgona Medusa, usada a modo de talismán, es uno de los más importantes talismanes del mundo antiguo. Todavía a día de hoy se utiliza muchas veces sin conocerse muy bien su significado mágico. Analizando su figura podemos ver que está formada por numerosos elementos apotropaicos, muy conocidos en el Próximo Oriente y Egipto en la Antigüedad: Ojos mágicos, cabellos en forma de serpiente, boca fálica, máscara horrorosa y nudo mágico entre otros, la asemejan a Bes, Path Pateco o Humbaba. Se trata de conocidos personajes mágicos populares del medio oriente y más tarde, del Mediterráneo.

    Medusa en el escudo de Carlos V
    Medusa en el escudo de Carlos V

    Algunos estudios apuntan a que el origen de la leyenda de Medusa podría encontrarse no en la mitología griega, que es desde donde nos ha llegado, sino en la actual Andalucía, o Tartessos.

    Esta hipótesis sobre los orígenes del mito de Medusa, su simbología, la magia que lo envuelve y su conexión con la Península Ibérica están ampliamente expuestos en un interesante trabajo de Ana María Vázquez Hoys que recomiendo leer y que se llama: La Gorgona Medusa ¿Un posible mito tartésico?

    En este trabajo se plantea la posibilidad de que el origen del mito fuese un personaje real. En cualquier caso, para quienes después de leer la información aquí recopilada se queden con ganas de más, os aseguro que realmente vale la pena dedicar un tiempo a la lectura de este trabajo.

    El mito de Medusa

    El mito se recoge de distintas formas en distintas épocas, enfatizando más o menos una de las partes de la historia, dependiendo de lo que se quiera mostrar. Conviene volver a recordar que los mitos formaban parte de la tradición oral. Muchos de ellos han llegado hasta nosotros recogidos por escritores, historiadores y poetas muchos años e incluso siglos más tarde desde su creación. Por el camino hasta su plasmación literaria, podemos encontrar restos en cerámicas, medallones y arte en general. Sin profundizar en todas las posibles versiones, veamos la más conocida y aceptada.

    En el mito que conocemos la mayoría de personas actualmente, Medusa era una bellísima doncella mortal, sacerdotisa del templo de Atenea. Su belleza era tan radiante que captó la atención del dios de los mares, Poseidón. Este decidió que Medusa tenía que sucumbir a sus deseos carnales, y la violó sin ningún tipo de escrúpulos. De esa violación Medusa quedó embarazada del dios de los mares.

    Poseidón, dios del mar
    Poseidón, dios del mar

    Atenea, furiosa por la profanación (algunos dicen que de su templo y otros, que de una de sus sacerdotisas), castigó a Medusa con los atributos que todos conocemos: la mirada que convertía en piedra a todo aquel que osara mirarla a los ojos y las serpientes en lugar de cabellos.

    De este modo Medusa se vio maldecida por los dioses, odiada por los hombres y olvidada por las Moiras, las tejedoras del destino. Fue exiliada junto a sus hermanas en los confines del mundo. Las tinieblas del nuevo hogar de las gorgonas no tardó en ser decorado con estatuas que no eran otra cosa que los cuerpos de los incautos que se habían atrevido a adentrarse al lugar y habían mirado de frente a la ahora horrenda Medusa. Las historias sobre la horrible criatura, sus malignos poderes y el tétrico lugar que habitaba no tardaron en llegar a oídos de los hombres, y Perseo fue llamado a acabar con la vida de Medusa.

    ¿Por qué Perseo?

    Perseo era hijo de Dánae, una bella princesa de Argos, y de Zeus, que la había amado cayendo sobre ella en forma de lluvia de oro. Polidectes, rey de la isla de Sérifos, también se enamoró de Dánae, pero el joven Perseo era un estorbo en sus planes, por lo que intentó librarse de él mediante una estratagema. Hizo creer a todo el mundo que pretendía conquistar a la princesa Hipodamía. Para ello Polidectes pidió a los habitantes de Sérifos que le entregasen un caballo cada uno como presente, para así poder ofrecérselo a la princesa como regalo. Perseo no tenía ningún caballo, por lo que le prometió la cabeza de Medusa. Polidectes aceptó el ofrecimiento con satisfacción, ya que era, sin duda, una misión suicida. Perseo había caído en su trampa.

    Danae siendo fecundada por Zeus, de Klimt
    Danae siendo fecundada por Zeus, de Klimt

     

    Con lo que no contaba el rey era con que Zeus ayudaría a su hijo. El dios del trueno pidió ayuda a Atenea y Hermes. Hermes le dio una hoz de acero con la que poder cortar la cabeza de Medusa. Atenea le regaló un escudo tan brillante que se podía ver reflejado en él,  y le aconsejó sobre las tareas que tendría que realizar. Para encontrar la morada de Medusa y sus hermanas, Perseo fue en busca de las Grayas, tres ancianas que compartían un mismo ojo y un mismo diente, por lo que se lo iban pasando de una a otra. Perseo les arrebató el ojo y el diente. De este modo las obligó a confesar el lugar que habitaba Medusa.

    Perseo y Medusa, de Sebastiano Ricci
    Perseo y Medusa, de Sebastiano Ricci

    De camino a su encuentro con Medusa, Perseo coincidió con las náyades, unas ninfas que le dieron un zurrón mágico, el casco de invisibilidad de Hades, y unas sandalias aladas, con las que voló hasta los confines del mundo, dónde residían las gorgonas. Gracias a los objetos logró introducirse en el hogar de las gorgonas sin ser visto y mató a Medusa, decapitandola. En algunas versiones Perseo simplemente aprovechó el momento en que Medusa estaba durmiendo para acabar con su vida, en otras, utiliza el reflejo en el escudo que le dio Atenea para no tener que mirarla a la cara directamente, y así poder matarla. Sea como sea, Perseo acaba con la vida de la única gorgona mortal, que recordemos, estaba embarazada de Poseidón.

    Consecuencias de la muerte de Medusa

    De la herida mortal asestada por Perseo salieron entonces los dos hijos de Medusa y Poseidón: el caballo alado Pegaso y el gigante Crisaor,que nació blandiendo una espada de oro. Perseo guardó la cabeza en la alforja mágica y tocado con el casco de Hades, que lo hacía invisible, escapó antes de que las otras dos gorgonas pudieran atraparle.

    Según Ovidio, Perseo pasó por el norte de África. Allí, gracias a la cabeza de Medusa, convirtió en piedra a Atlas, un titán encargado de sostener la bóveda celeste. De igual modo, se afirmaba que los corales del Mar Rojo no eran otra cosa que la sangre de Medusa que salpicó las algas cuando Perseo dejó la cabeza junto a la playa al tomarse un breve descanso en su paso por Etiopía, lugar en el cual salvó y se casó con la hermosa princesa Andrómeda. Así mismo, se apunta a la cabeza de Medusa como el origen de las víboras venenosas del Sáhara. Al parecer, estas habrían brotado de las gotas caídas de su sangre.

    Perseo entrega la cabeza de Medusa a Atenea
    Perseo entrega la cabeza de Medusa a Atenea

    Después de todas estas aventuras, Perseo llegó a tiempo para detener la boda de su madre, Dánae, a punto de ser casada a la fuerza con Polidectes. Perseo avisó a su madre para que se cubriera los ojos, y sacó la cabeza de Medusa de su alforja, petrificando a todos los asistentes a la ceremonia. Y una vez hubo rescatado a su madre, Perseo entregó la cabeza de Medusa a la diosa Atenea, que la colocó en el centro de su escudo, la égida. En algunas fuentes podemos encontrar que la diosa Atenea le dio la sangre mágica de Medusa al médico Asclepio. Esas fuentes afirman que la sangre que manaba del lado izquierdo del cuello era un veneno mortal, y la del lado derecho tenía el poder de resucitar a los muertos. De este modo, encontramos que el mito se vincula también con la medicina.

    Significado del mito

    El mito de Medusa se ha contado de muchas formas, por lo que obviamente ha tenido diversas interpretaciones, dependiendo de cual sea el hecho al que se haya dado más o menos peso. En algunos estudios se afirma que la mitología alrededor de la cabeza de Medusa y de los poderes de esta es incluso anterior al propio mito, y que se trataba de una máscara de culto ritual que poco a poco se fue revistiendo de una trágica historia y a la que, literalmente, le dieron un cuerpo.

    Esta hipótesis se sustenta, entre otros estudios, en la Odisea de Homero. En ella Ulises hace mención a una "horrenda cabeza", pero nunca aclara que esa cabeza tenga un cuerpo, y que ese cuerpo corresponda al de una mujer llamada Medusa.

    La ‘maldición’ de Atenea

    Como ya he comentado en el primer apartado, el mito de Medusa ha vuelto a estar en boca de todos en 2020 a raíz del #MeToo. El feminismo ha tomado este mito como una muestra de cómo se castiga a las mujeres no solo por su belleza, viéndose cosificadas y abusadas, sino que además después se las sigue culpando por ese abuso, recibiendo ellas el castigo de ostracismo social (recordemos que Medusa debe irse a vivir a los confines del mundo), y el castigo propiamente dicho, ya que Atenea la convierte en un monstruo, lo cual es un castigo peor, ya que es en manos de otra mujer.

    Realmente es comprensible esta lectura, aunque conociendo un poco la mitología y sabiendo de los vicios de los dioses y diosas griegos, así como de sus atributos, y de las múltiples versiones del mito, hay personas que no ven en el ‘castigo’ de Atenea una venganza, sino un don.

    Ahora es cuando muchas personas se escandalizan diciendo “¿Cómo va a ser un don que te conviertan en un ser horrendo y te obliguen a vivir fuera de la sociedad?”. Bueno, repasemos un poco. Para empezar, hay que recordar que Atenea no es una mujer, es una diosa, y no es una diosa cualquiera, es la diosa de la sabiduría y la estrategia en la guerra. Ciertamente los dioses griegos se caracterizaban por verse influidos tanto o más que los humanos por los peores vicios y pasiones, pero tengamos en mente eso: era una estratega, además de diosa. Medusa era una Gorgona, su estado ‘natural’ era más parecido al de la supuesta fealdad que le dio Atenea tras la maldición, digamos que tras la maldición, Medusa ya no desentonaba con sus hermanas. La maldición de Atenea le dio unos poderes a Medusa que hacían que ningún hombre (ni dios) osara nunca más volver a molestarla. Sin embargo, aquí puede venir la pequeña trampa de Atenea, ya que ella no solo no impidió a Perseo que matara a Medusa, sino que se lo facilitó; a cambio obtuvo la cabeza de Medusa, que colocó en su escudo, la égida, aprovechando así los poderes de Medusa en sus batallas.

    Si se analiza de este modo, Atenea ofreció a Medusa un don, y al ver una oportunidad de usar ese don en beneficio propio, caprichosos que son los dioses (y estratega que era Atenea), no dudó ni un instante en aprovecharla. Al fin y al cabo ella era una diosa, y Medusa una mortal.

    Este es un planteamiento simple en un amplio debate que se ha estudiado desde muchos puntos de vista. Incluso Sigmund Freud tuvo algo que decir acerca de este mito, relacionándolo con el terror a la castración.

    La literatura escrita desde el feminismo es también abundante, y por supuesto muy interesante. Sin embargo, yo prefiero quedarme con la parte positiva del mito: la cabeza de Medusa se utilizó durante mucho tiempo como un símbolo benévolo y protector. En la cabeza de Medusa radicaba su poder, y eso me parece sumamente interesante. 

    Para terminar, una pequeña reflexión de una de las grandes estudiosas del mito: “su potencia sólo comienza cuando su cabeza es cortada, y aquella potencia reside en la cabeza; es en una palabra una máscara con un cuerpo más tarde añadido... la base del Gorgoneion es un objeto de culto, una máscara ritual incomprendida.” Jane Ellen Harrison.