Este es un poco mugriento. Compartió la Tierra con los humanos en el Tiempo del Sueño y se le ocurrió la idea de crear larvas de bruja. Qué bocados tan deliciosos y nutritivos eran. Aunque parezcan gusanos horriblemente hinchados.
Contento con su trabajo, recogió suficientes larvas para llenar dos grandes bolsas, y se fue a invitar a otros espíritus a un festín.
Llegaron dos mortales forrajeros que descubrieron las bolsas y las asaltaron. Un error garrafal. Las larvas brillaban con una luz espeluznante que hizo sonar la alarma en toda la tierra. Los espíritus furiosos aparecieron y mataron a los dos desafortunados allí donde estaban.
Sin embargo, Darana se apiadó. Los mortales sólo querían probar sus deliciosas larvas. ¿Quién podría culparlos? Así que convirtió sus cuerpos en Piedras del Destino y las donó a los Dieri para que las custodiaran.
No deben ser arañadas o el hambre sobrevendrá y si se rompen el Universo terminará. Se guardan cuidadosamente envueltas en plumas mezcladas con manteca de cerdo y no estamos en libertad de decirles dónde.
Género: masculino