Son seres muy importantes de naturaleza estimada. Los orishas no son del todo dioses. Piense en ellos como un cóctel de espíritus con un trozo de santo y una pequeña pizca de divinidad para darle sabor.
En el último recuento parece que hay al menos 1.700, desde los más oscuros hasta los más infames. Algunos orishas son venerados como dioses por derecho propio y entre ellos se encuentran nombres tan importantes como Babal Ay, Elegua, Obatala, Ochosi, Ogun, Oya, Shango y Yemaya.
Hubo un tiempo en el que llevaron a cabo una lucha de poder contra Olorun e intentaron persuadirle para que abdicara durante dieciséis años. Poco dispuesto a ceder el control del Universo a deidades menores, les ofreció un periodo de prueba de dieciséis días.
En ocho días todo el Universo se había detenido. Consultaron al oráculo Orunmila, que no pudo dar ninguna respuesta. Así que tuvieron que comer el pastel de la humildad, confesar que no tenían ni idea de cómo dirigir los Universos y pedir perdón.
Siendo un Dios realmente grande, Olorun fue muy amable al respecto, y pronto devolvió el mundo al orden. Los Orishas se convirtieron en sus humildes pero devotos servidores para siempre.
Si hay una moraleja en esta historia suponemos que es: A veces es más cruel ser amable.
Los Orishas son ahora muy apreciados y son venerados en lugares tan lejanos como las Indias Occidentales. Vea nuestra entrada sobre los Orichas para conocer el punto de vista caribeño.
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