Si el nombre te resulta familiar, es porque Leviatán ha recorrido el paisaje mitológico desde el año cero.
Apareció por primera vez en las antiguas leyendas cananeas bajo el nombre de Lotan, donde parece haber sido un gran dragón de agua primitivo con tendencias a respirar fuego. O viceversa.
Fue finalmente encadenado para toda la eternidad por Anath, pero tal vez escapó por mar, ya que apareció en el antiguo mundo hebreo como un temido monstruo marino y serpiente mascota de Yam, el Dios del Mar.
Se le menciona varias veces en el Antiguo Testamento, convirtiéndose en un sinónimo de terror marítimo y un peligro para la navegación desde entonces. En muchos mapas medievales aparecía su imagen junto a la terrible advertencia: Aquí hay dragones.
Los estudiosos y criptozoólogos han debatido durante mucho tiempo la verdadera naturaleza de Leviatán. Quizá fuera una ballena devoradora de hombres o una especie desconocida de dinosaurio bíblico. En los tiempos modernos, su leyenda parece haberse agotado y es posible que se haya extinguido. Pero dada su longevidad sospechamos que todavía está al acecho en algún lugar...
Género: masculino