Antes era una dama de la noche en los días anteriores al Imperio Romano, y se convirtió en la amante de Hércules después de que éste la ganara en una partida de dados.
Para evitar las habladurías, él le aconsejó que se casara rápidamente. Así que salió corriendo a la calle y se topó matrimonialmente con Tarucio, un promotor inmobiliario etrusco.
Ahora bien, Tarucio era dueño de algunos bienes raíces muy sabrosos y no gozaba de la mejor salud. Cuando murió, Acca Larentia se encontró en posesión de todo el futuro emplazamiento de Roma. ¡Qué herencia!
Pero por un extraño giro del destino, desapareció misteriosamente dejando todo el terreno al propio Estado de Roma. Esto resultó muy útil para las generaciones futuras. Cada vez que algún estado vecino protestaba por los límites de la ciudad o por la ocupación romana, los senadores podían agitar el testamento de Acca Larentias en sus caras y gritar: ¡Te tengo!
Mientras tanto, otras leyendas afirman que también era otra persona: la esposa de Faustulus, el guardabosques que rescató a Rómulo y Remo.
También es la Madre de los Lares, lo que presumiblemente ocurrió cuando se estaban ordenando esos famosos límites romanos. En agradecimiento a sus servicios, se le concedió su propia fiesta, Laurentalia o Larentinalia, el 23 de diciembre. Al menos todo el mundo está de acuerdo con la fecha.
Género: femenino