DIOSES Y DIOSAS

Mitologías

Dioses y Diosas por concepto

Mi padre me leía la Odisea antes de ir a dormir. No recuerdo si en un principio lo hizo con intención de leerme la obra de principio a fin, un poquito cada noche, o si seleccionaba los episodios de forma salteada. Sea como sea, hubo dos historias que le obligué a leerme y releerme hasta la saciedad: la que habla del enfrentamiento de Ulises contra el cíclope gigante Polifemo, de la que sale victorioso gracias a su astucia, y la de las sirenas. En esos momentos aún no lo sabía, pero ese sería el punto de partida de mi fascinación por todo un mundo de dioses y diosas, héroes y heroínas, seres mitológicos fantásticos y lugares mágicos.

Más adelante, cuando mi pequeña e infantil biblioteca ya estaba en construcción, un libro destacaba entre los demás, como mi favorito. Se trataba de uno que describía con precisión a todos aquellos seres mitológicos, y no sólo eso. El grifo, la quimera, la medusa, el unicornio, la arpía… todos estaban dibujados desde varios ángulos, para que pudiese saber con precisión, cómo eran ¿No era fantástico?

Más adelante descubrí que esos mismos dioses y diosas griegos, tenían sus correspondientes versiones en la mitología romana, que los animales mitológicos de mi libro no pertenecían sólo a la mitología griega, sinó que había más, muchas más mitologías, con muchas más diosas, más dioses, más heroínas y héroes, más historias que explicaban el mundo, cómo fué creado, cómo funciona el paso de las estaciones, qué hay más allá de la muerte, y del rayo y de las tormentas…

La mitología de las distintas culturas tenía diferentes historias y diferentes nombres para sus dioses y diosas, pero un punto en común: trataba de explicar el mundo, aquello inexplicable, a las personas de esas culturas, de forma que fuesen capaces de comprenderlo. Pero hacía mucho más, les otorgaba creencias, sabiduría y esperanza. Creencias que les unían como pueblo, sabiduría que les ayudaba en su día a día, con las labores del campo, el hogar o la caza, representadas en múltiples alegorías en aquellas historias. Y esperanza en que había deidades a las que encomendarse, en que formaban parte de algo más grande, en que aunque no lo vieran, lo estaban viviendo, los dioses y diosas estaban allí, presentes. En el fuego, en el agua, el las flores y en el aire, y con ello todo tomaba significado.

Por este motivo la mitología se me hace algo tan apasionante. No tan solo cuenta algo acerca de la historia de las diferentes culturas, de los diferentes momentos y lugares en los que se dieron las diferentes mitologías en todo el mundo. Sobre todo, cuenta algo de lo que somos como humanos, como especie. Me resulta fascinante que, mires donde mires, sea posible encontrar una diosa de la belleza, como ese concepto universal se repite en todas las culturas y periodos históricos, a pesar de que difícilmente nos pondriamos de acuerdo en qué es lo bello. Y sin embargo es obvio que lo necesitamos.

Esta página es un gran proyecto que surge de una pasión, y que sé que es inacabable. Sin embargo no por eso hay que desistir, quiero reunir aquí toda la información posible acerca de la mitología de las diferentes culturas, pero no quiero que esto se convierta en una página más de listas de dioses y diosas. Sobre unas bases necesarias, imprescindibles más bien, me gustaría volver a ver esas historias como las veía cuando era niña, ser capaz de re-contarlas de forma que resulten nuevas y fascinantes, y no serias y engoladas. Me gustaría sacar el polvo a la mitología, mezclarla, buscar similitudes entre historias, encontrar pequeños dioses y diosas que han pasado desapercibidos en mitologías regionales y ver qué tenían en común con los más grandes.

Quisiera recorrer los lugares en los que esos dioses y diosas fueron venerados, o temidos. Ver qué nos queda de sus templos sagrados, y también de esas creencias y esas historias. Descubrir a los seres mitológicos, y si aún queda alguno viviendo entre nosotros en estos días, y conocer los diferentes ritos y rituales que de un modo u otro, han pervivido hasta nuestros días. Como ya he dicho, el proyecto es inmenso, pero nadie dice que deba estar terminado en un tiempo concreto, y lo que importa no es llegar, sino lo bien que nos lo pasamos por el camino. Por algo la Odisea habla del viaje de Ulises, y no de lo que hace cuando ya está en su casa en bata y pantuflas ¿no?